Bosque de los recuerdos. [ Priv. Denmark ]

- ¡Bien!.. entonces tu serás mi Reina... y juntos seremos dueños de este lugar... dijo animadamente dando por hecho lo que el mismo acababa de decir; en pocas palabras él sería el Rey y punto.

Subio su mano lentamente hasta el rostro del chico , el cual acarició por unos momentos, mirandole con detenimiento y sonriendole con aquella sinceridad con la que jamás habia sonreido antes. Pasó un mechon de los cabellos de aquel detras de su oreja y acercó su rostro para besarlo. Aquel beso fue en un principiotimido, como si estuviese pidiendo permiso para ello, mas unos instantes despues, sus labios demabdan adueñarse de los otros, aprisionadno, mordiendo, succionando con sutileza, invadiendo la boca del otro para hacerse paso a su interior donde pudiese dejar que su lengua buscase a su igual para fundirse en caricias mutuas.

Atrajo al angel con mas fuerza entre sus brazos pasando una de sus manos por detras de su nuca para forzarlo a mentener aquel beso cada vez mas demandante; acariciando su espalda con creciente deseo. Podría controlar esos impulsos que volvian a salir a flote, pero no sabía por cuanto. Mientras tanto se dejaba llevar dentro de lo que fuera 'permisible' en su contacto con el otro, aunque al calor de sus besos y su abrazo, su fuerza de voluntad se ponia a prueba.

Cerró uno de sus ojos cuando sintió la caricia en su mejilla, pero no dijo nada en lo absoluto,simplemente permitió que mantuviera su mejilla tomada entre sus dedos, que no eran tan suaves como el resto de su piel, a diferencia de si mismo, eran los dedos de una persona que se había esforzado en su vida y que estuvo dándolo todo por ser quien es, aún después de la muerte en el que se convirtió en el demonio que era ahora, y aún así se esforzó por superarse... siempre, como siempre había sido el.

Tragó grueso con aquel beso tan dulce, era tímido, tan... como si fuera un niño que pedía permiso para tomar sus labios con mucho cuidado y con suma delicadeza, que, luego que lo correspondió y permitió que los tuviera, los abrió un poco y se dejó llevar por el, sacando su lengua para poder encontrarse con la lengua ajena y sentir como el danés saboreaba su boca, sus mejillas, todo, mientras lo acorralaba con sus brazos para no poder apartarse de el aunque quisiera, y realmente no lo quería.

Pasó sus manos por su cuello para poder aferrarse al danés, subiendo una de sus manos para entrelazarlas con sus suaves cabellos, entrelazándolos con sus dedos y dándole un pequeño jalón para unirlo mas contra si mismo, pasando a su vez una de sus manos al pecho del danés para poder sentir como aún latía su corazón y como parecía que estuviera acorde con el suyo para latir en conjunto y en armonía con el propio, una sensación mas que agradable.

Poco a poco la mano su mano en la nuca del angel fue enredandose ente los suaves cabellos de aquel, los cuales daban unas sutiles caricias. Subbió un poco mas su mano para entrelazarla con esas hebras cuando uno de sus dedos se enredó con un curioso mechon de cabellos; abrió uno de sus ojos y miró un pequeño rizo que parecia independiente de los demas, pero que igual era tan suave y brillante como los otros.

Poco a poco fue deteniendo aquel beso y su atención se centró en la nueva curiosidad que habia descubierto de en su angel favorito.

-Arvid... ... ... esto... ah...- seguia jugueteando con el rizo -Es curioso... y lindo a la vez...-

Y así siguó mirando curioso y sonriente aquel inusual rizo de cabellos flotante junto a la cabeza del otro, como si fuera lo mas llamativo del mundo... bueno, ahora era lo mas llamativo en su mundo por lo pronto.

-... ¿que es?...-

Se sentía débil bajo el toque del danés mientras aquel beso perduraba, su piel se erizaba sin mencionar que se estremecía con el toque en su cabello cada vez mas cerca de cierta zona que... de un momento a otro fue tocada por el, provocandole un escalofrío en todo el cuerpo y de inmediato, que sus brazos temblaran ligeramente y sus piernas se cerraran de inmediato. A todos daba curiosidad aquel cabello, no esperaba que con el danés fuera diferente, pero siempre que lo tocaban, por muy inocente que fueran las intenciones, eso lograba calentarlo.

Cuando sus labios fueron separados de los ajenos, sintió algo de molestia a que se alejara, quedando con los labios semi-abiertos y los ojos soñadores. Aparentemente el danés no lo notaba, pero cada vez se sentía mas "Raro" por así decirlo, nunca había experimentado sensaciones iguales a las que sentía cuando tocaban su rulo que a la vez le gustaban pero también detestaba que quien fuera lo tocara.

- Ahh~ -No pudo contener ese gemido, apretando ahora con fuerza la camisa del danés en sus manos y jalándolo de a poco para que le tomara un poco de atención mientras hablaba- ... A-anko... déjalo, d-déjalo ahora... -Se mordió con fuerza el labio después de tartamudear, no era una persona que lo hiciera comúnmente, pero no podía evitarlo, simplemente las palabras no se formulaban en ese momento.

- E-es... es un cabello "especial" que... Uhm, me hace sentir un poco raro, a-asi que... suéltalo anko... -pidió como ultima vez, subiendo la mirada hacia el. Sus ojos estaban algo brillantes y suplicantes, de verdad quería que lo soltara.

Seguia sujetando aquel curioso cabello, tratando de procesar lo dicho por el angel.

No tuvo que hacer mas que mirar su rostro y sus gestos, sonrojados y la manera en que se estremecia para saber que quería decir con "sentirse extraño", conocía eso bastante bien.

-¿Es extraño, pero agradable a la vez?...- preguntó en tono grave y bajo, casi susurrandole al oido sin dejar de acariciar el rizo.

Por un lado, si lo que estaba pensando era cierto, se sentía como un rufian al estar 'manoseando' al angel de esa forma sin que supiera siquiera que ocurria, pero por otro lado, quería tomar esa inocencia, era ciertamente alquien puro en demasía y eso lo hacia mas apetecible para sus instintos, lo cuales junto con los sentimientos que tenia por el le hacian dificil el medirse y controlarse. A pesar de todo quería que (Como indudablemente sería el quien tomara su virtud) lo disfrutase en lo posible y viera a quello no como un pecado sino como algo mas, algo importante para ellos.

-Solo relajate... dime, ¿es agradable lo que sientes?-

Las caricias en su cabello lo hicieron estremecerse mas, mas de lo que ya estaba antes y ahora mas por los susurros en su oído por parte del danés, no sabía del todo que era eso que sentía, mientras el describía sensaciones que el mismo no podía explicar, pero si... era algo agradable y a la vez tan extraño y desconocido para el, daba sensaciones de querer mas, pero su cuerpo reaccionaba y no sabía si era con un fin o con otro.

Subió su mano para intentar que el otro alejase su mano, pero lejos de eso, sus fuerzas habían desaparecido por completo y solo podía aferrarse a su mano sin poder moverla o hacer algo, lo que fuera, ¿Porqué sus fuerzas escapaban? y algo de su garganta estaba por salir, por lo que abrió sus labios ligeramente, dejando escapar un pequeño gemido suave, mordiendo su labio fuertemente una vez mas, que vergonzoso.

- L-lo es.... se siente... raro y... b-bien... u-uhmm.... -Sus labios temblaron una ultima vez, sintiendo una incomodidad que primeramente era nula, pero luego era cada vez mas molesta en su entrepierna, cerrando sus ojos que cada vez se encobraban mas llorosos.

-¿Sabes que ésto que sientes es algo natural?... Tu cuerpo está respondiendo a los estimulos que le agradan y eso que sientes es su manera de decir que le agrada y que quiere sentir mas. Eso es estar 'exitado'.

Sabia que era pésimo dando ese tipo de lecciones ya que el no lo hab ia aprendido de la manera mas ortodoxa, pero sentía que tenía que responder a todas aquellas dudas que el angel sin duda NO haria por una cuestio u otra, todo ello para que no fuera tan dificil asimilar lo que ocurria. O lo que ocurriria entre ellos indudablemente.

-No sé en realidad porqué este pequeño rizo puede hacerte sentir así pero... normalmente estas sensaciones se obtienen cuando alguien toca tu cuerpo de cierto modo, o tu mismo y hay ocaciones que viendo algo o pensando en algo con otra persona puedes lograr sentirte de manera similar. No siempre se siente taaan bien cu ando tu mismo te tocas, siempre es mejor cuando alguien que tu quieres o te gusta lo hace, y generalmente se desemboca en sexo. Tener sexo no es malo cuando se tiene con alguien que quieres y esa persona tambien lo desea. Sin embargo Hay quienes hacen que otros les toquen o tocan a esas personas solo para satisfacerse asi mismos, sin importarles el otro. Eso es egoista y ustedes y nosotros lo conocemos como algo aberrante. Pero, si en realidad allegarte de manera fisica a una persona a la que quieres, amas y gustas de ella , fuera tan malo, hubiesemos sido creados sin... bueno... da un leve toque en la entrepierna del otro-

Esto... No sé que pienses tu de ésto, pero lo mas seguro es que en el cielo te enseñaron que el unirte sexualmente a alguien mas es un pecado enorme, cuanto y mas a un demonio como yo, lo cual es una 'aberracion' y muchos de los tuyos cayeron hacia el infierno al haber sido encontrados culpables de una falta como ésta.

Yo en lo personal no lo veo como algo ofensivo, sino como una manera de expresar cariño y placer tanto a uno mismo como a la persona con la que estas. Nunca he sidopartidario de saltar de 'un lecho a otro' pero debo admitir que no soy un 'santo' como tu. Sé lo que se siente y tambien sé que una vez que lo haces jamas podrás estar sin ello, o no por mucho tiempo. Dejó de frotar el rizo del otro chico y tomó su rostro, alzandolo por la barbilla para mirar sus ojos brillantes, acercando lentamente sus labios a los de aquel.

-... y si te digo ésto, es porque yo me siento así por ti. Despiertas esa necesidad de estar contigo de esa forma; y se que situ quieres puedo hacerte sentir muy bien, mas que ahora. Pero so lo si tu quieres... quiero que tengas la certeza de que no haces nada malo cuando estas con alquian a quien en verdad quieres... tanto como yo te quise y te desee en vida...-

No sabía pero... la explicación tan explicita del danés simplemente le hizo irse en nervios y con un enorme sonrojo, ese tipo de cosas que el comentaba, sabía bien que eran penadas en el cielo, por mucho que el no lo quisiera, o que si lo hiciera, eran cosas extrañas, solo había escuchado una versión de ese tipo de cosas, y que simplemente eran todas llamadas igual, "Pecado", sin mas ni menos, así lo llamaban.

Estaba un poco nervioso con la explicación, quería intervenir pero no tenía nada que decir, ¿realmente podía sentirse bien? era una duda que crecía en su interior, llegando a la idea que ya iba a abandonar el cielo, no tenía opción sobre ello ya que había decidido vivir su vida con el demonio que en vida fue su único y primer amor. Pero, ahora que caía en cuenta, ¿el danés había comentado que no era un santo? es obvio que los demonios entraran en pecado constantemente, puesto que eran demonios, pero... no entendía el porqué, pero sentía una pequeña incomodidad y una gran molestia creciendo en su interior que amenazaba con salir con un comentario que expresara su molestia, que a pesar de ser un angel, trataba de reprimir esas cosas.

Alzó la mano y la posó en la mejilla del danés, mirandolo fijamente ya que este hacía lo mismo al tomarlo del mentón, tenía muchas dudas sobre ello.

- ¿Has... hecho mucho ese tipo de cosas?... -Preguntó fijo, sin emociones, sin sentimientos, sin una pequeña expresión en su rostro, simplemente lo miraba fijamente, quería saber sobre eso- ... Además... yo... si viviré ahora en la tierra, lejos del paraíso, significa que... creo que podría hacer ese tipo de cosas... tal vez, no sea tan malo... -

Comentó, bajando la mirada cuando la vergüenza se apoderó de sus pensamientos y de sus acciones, ¿que haría? era difícil, pero realmente quería saber cuantas veces había hecho el danés esas cosas, o más que eso, ¿esas personas habían sido importantes para el? justo como el lo dijo momentos antes, cuando haces ese tipo de cosas es con la persona en la que tus sentimientos simplemente siempre fueron y serán fuertes, como cuando en vida fueron los suyos mutuos.

Era dificil de pensar que la persona en la que más amo en este mundo pudiera estar cayendo en pecado con una persona desconocida, con una mujer, quizás... eso lo hacía reconsiderar las cosas, el no era mujer, ¿como entraría en pecado entonces? como decía el danés... el sexo, y como lo decían en el cielo, era Hombre/Mujer... ¿como funcionaría con ellos?.

Seguía acariciando el rostro del angel, mirandole fijamente, dedicandole una sutil sonrisa aun despues de escuchar sus palabras, aun cuando su expresión se cargase con un dejó de melancolía dibujando así una sonrisa triste y un tanto culpable.

-Sí Arvid. Lo he hecho, tal vez no mucho y eso es algo extraño para un demonio de mi clase, pero sí lo hice. No es algo de lo que ahora me sienta muy orgulloso, pero mi naturaleza demoniaca al igual que a los demas nos arrastra a ello, pero nunca pude llenar ese vacío en mi interior, a pesar de que en un momento creí que la sensacion podría brindarme la tranquilidad que quería nunca fue así; yo siempre supe que no podría ser feliz con cualquiera y que en ello tenía que ver mucho lo de mi anterior vida, como mortal.

Arvid, escuchame bien; no tienes que hacerlo, tu naturaleza no te lo exige como a mi, yo no quiero que tu hagas algo que no quieres o no entiendes; si en algun momento tu y yo estamos juntos de esa manera, quiero que no sientas esa duda y remordimiento, quiero que estes conmigo sin prejuicios ni inhibiciones, que me conozcas completamente sin morbosidad, porque para los dos bandos, algo que puede ser pleno y satisfactorio esta cubierto de una gran morbosidad que sin duda lo aleja de la realidad. Arvid... quiero que confies en mi, yo no quiero otra cosa que hacerte feliz, finalmente y despues de tanto tiempo, una vida entera de haberte perdido... se que tienes dudas, muchas, y tal vez no sea el mas indicado para responderlas, pero trataré de hacerlo lo mejor posible. Quiero que me cuentes todas aquellas dudas que tengas... confía en mi...- siguió acariciando su mejilla suavemente, deslizando a hora su mano por los suaves y brillantes cabellos que enmarcaban su rostro, colocando un mechon de estos detras de su oreja para descubrir un poco sus facciones.