Bosque de los recuerdos. [ Priv. Denmark ]

Permaneció así por un momento, con la cabeza gacha esperando por la reacción del chico ya que no sabía como es que iba a actuar ahora que habia descubierto que su querido amigo el perro no era otro que el mismo. ¿se sentiría engañado?, probablemente sí.

De pronto la mano de aquel sobre su cabeza, acariciandole como lo habia hecho antes, le hizo sentir algo sumamente agradable, tanto que cuando notaba que separaba un poco su manos chillaba para que no dejase de hacer aquello y de nuevo sintió su manos acariiar su cabeza y sus orejas, logrando que de pronto el comenzara a mover la cola ligeramente.

Le miró acucliyarse frente a el, mirandolo detenidamente y el mismo se sentó sobre sus patas traseras, aun agachando un poco la mmirada porque en el fondo se sentía masl por haberlo engañado. Tal vez aquel si queria tener una mascota y esto acababa de hechar por tierra aquel deseo.

Le escuchó llamarle con aquel nombre que le habia dado y solopudo acercar su cabeza hasta dejarla descansar sobre las piernas de aquel y alzar un poco la visa para mirar la expresion del angel. Ahora que lo pensaba, era un perro bastante confianzudo pero permaneció así un momento, sintiendo las caricias que le daba en su cabeza y sobre su corto pero grueso y tupido pelaje negro, tal vez si hubiera sabido que aquel angel lo adoptaria cmo mascota y lo descubriría despues se hubiera preocupado por ser un perro mas bonito y 'apapachable' tal vez un siberiano, tal vez un dalmata, posiblemente un colie, hasta un pastor aleman podria haber sido, pero habia terminado siendo un enorme gran danés, tan negro como su suerte, en un momento como ese deseaba tener pelaje mas largo para que el otro pudiera acariciarle mas.

Aun así, seguia dejandose hacer por el chico. Tal vez haya sido su imaginación, pero lo habia tomado con bastante calma. Eso o esperaba a que regesara a su verdadera forma para desquitarse como era debido y quizá despues de la golpiza le preguntaria nuevamente por su nombre. Mejor era permanecer así por un momento mas, por lo menos hasta que le fuera inevitable regresar a su forma porque el otro se lo exigiera.

Miró como el animal se acomodó sobre sus piernas, le pareció adorable, a pesar de que fuera engañado.. si lo miraba por un buen modo, por la "charla" con el había decidido venir a este bosque, donde encontró con el mismo, y a su vez, el no lo recordaba, no podía enojarse si todo había sido así, aunque no sabía si había sido una trampa para atraparlo en el bosque y matarlo, ya no le importaba.

Jugó un poco con sus orejas, y con su otra mano acarició su lomo, con mucho cuidado, su pelaje era muy suave, le gustaba bastante, por lo que continuó con aquellas caricias, mirando como el perro las disfrutaba y movía la cola, era gracioso, así que continuó un poco hasta llegar a su cola y tocarla un poco, era raro tocarla en movimiento, pero la acarició en su larga exención y seguidamente volvió a su lomo, dando pequeñas caricias hasta dejar que su cuerpo se sentara en el suelo para continuar con aquellos mimos.

- Veo que te agrada estar así... pero para mi es molesto... no por el hecho de tenerte así... si no estar en un lugar tan oscuro y a la vez tan sombrío... -susurró, era cierto que estaban en un lugar oscuro, y por mucho que fuera su anterior casa, no le gustaba del todo, seguro por su vida ahora como ángel, todo solía ser brillante y normalmente no solía recurrir a lugares oscuros, y mas le molestaba por el hecho de estar ahí y no poderlo ver tan bien como quisiera, en el campo era un perro muy bonito, así que en las oscuridades muy poco podía verlo.

De proto unas grandes alas negras comenzaron a salir del lomo del can extendiendose sobre el cuerpo del perro y cubriendolo por unos segundos tras los cuales las alas se extendieron nuevamente cuan grandes eran y se replegaron a la espalda del rubio que habia regresado a su forma original, encontrandose ahora su cabeza recostada sobre las piernas del angel donde instantes antes estuvo la del animal que recibia sus caricias.

-Søren... Mi nombre es Søren.- Respondio al otro mientras apoyaba una mano en el piso y trataba de incorporarse lentamente, dirigiendo su mirada a la del otro chico, observando en brevisimos segundos los rasgos de su rostro, memorizando cada detalle en la media oscuridad en la que se encontraban y a la cual se hayaba mas que acostumbrado y cómodo.

Viendolo ahora con detenimiento, notaba que lo miraba un tanto distinto al dia anterior, en el que lo habia visto con su forma animal, ahora lo veía en su cuerpo demoniaco y no pudo evitar pensar que el angel era hermoso, llegando a pensar que ninguno de aquellos cuadros pudo mostrar su belleza. En pocas segundos estaba mirandole embelezado pensando en cuanta razon habia tenido en vida para haber escogido morir por el.

Quedó hincado en ele piso, casi a la altura de aquel, mirandole casi con devoción. Inconcientemente alzó una mano y la llevó al rostro del angel sujetandole y acariciando a la vez su mejilla con el pulgar. Permaneció así por quien sabe cuanto tiempo, pero para el fue un largo momento y hubiera seguido así si no hubiese recordado que el otro le habia pedido salir de las penumbras.

-...sí. Te llevaré a la luz...- Solo así fue que pudo dejar de mirarle y tocar su rostro.

Miró las alas extenderse, fue algo que aunque poco pudo ver, fue ligeramente impresionante, como aquellas alas negras se desplegaban de ese modo y como con los destellos que la fogata lucía algunos resplandecientes colores rojos sangre, que a pesar de ser tétrico y hasta aterrador, se vio hermoso, tanto que lo dejó embobado por un momento, y luego mirando como el otro tomó aquella tan normal forma, la forma en que en el pasado recordaba y que ahora podía tener solo para el.

Le gustó como se quedó aún sobre sus piernas, aún sin su forma canina, era agradable tenerlo sobre sus piernas, se veía tan pasivo, como si un demonio fuera una ilusión, y sus alas estuvieran solo un poco manchadas de carbón, con sangre de su propio cuerpo al defenderse... para el, el mayor era como un ángel.

Lo siguió con la mirada cuando se levantó, mirando como su mano se acercaba tan lentamente hacia el, sintiendo el calor de su mano, cada vez le gustaba mas cada cosa que el danés hacia, sus palabras, sus roces, y la forma tan delicada de tocarlo. Se fue entre sus pensamientos, pensando que si fuera en un pasado, seguramente apartaría su mano para que dejara de acariciarlo, no solo por el hecho de que lo hacía sentirse raro, si no porque era vergonzoso y su corazón latía muy rápido. Ahora... que no le gustaba ser tocado y que solo se cohibía con ese tipo de afecto o acciones, no era capaz de apartar su mano, después de tanto tiempo queriendo ser tocado por el de modo tan cariñoso ahora no iba a desperdiciarlo.

Salió de sus pensamientos cuando escuchó su voz hablarle, a pesar que no estaba muy concentrado, su nombre se quedó grabado en su cabeza, como si fuera un CD re-grabado en el y solo se reproducía de manera aleatoria en el.

- Claro... es, incomodo... -solo pudo decir eso, levantándose del suelo de inmediato y poniéndose de pie, mirando unos momentos al otro, quien le dio la espalda para salir del lugar, soltando un suspiro ya que su misma petición había arruinado aquel preciso momento, y a su vez se sentía bien el haberlo echo, no por alejarse de el, si no porque ahora si podría ver su rostro nuevamente en la luz.

Se volvió de espalda para salir de aquel sotano, tratando de ocultar la decepción que le causaba el tener que salir de allí, de aquel sitio que les mentenia ocultos y donde no habia problema en mostrar se como el demonio que era sin temer que alguien le viese con un angel y acarrearse algun lío. Pero si la vida no habia sido justa, suponía que esa 'existencia' tampoco lo sería.

Antes de salir de allí se volvió rapidamente para cubrir los cuadros nuevamente, no los llevaría; no en ese momento y tal vez no lo necesitara ahora, esperaría el momento de ser necesario pero confiaba en que sabiendo ahora quien era esa persona pintada en esos retratos no sería mas una idea obscesiva que rondara por su cabeza. Tomó la antorcha del suelo y regresó a la escalinata para salir y ayudar al otro.

Una vez que hubieron salido se dispuso a cerrar y cubrir nuevamente aquel acceso, aunque mas bien parecia que quería sellarlo. Cuando logró su cometido se volvió una vez mas hacia el otro, mirando ahora su rostro de con detenimiento en los claros de luz que se colaban por entre las paredes en ruinas y los huecos de los ventanales. Aquella imagen rodeada de luz era un tanto irreal, como si hubiese sido sacada de un sueño ya que por un momento le pareció que su contorno resplandecia y sus movimientos, aunque suaves y pausados como su respiración y el mecerse de sus cabellos con la brisa ligera que llegaba a chocar contra el, le daban un aire de ensueño.

-... ... bien Arvid; ¿me matarás ahora que sabes que fue de mi y lo que soy?... te meterás en problemas si alguien llega a saber que estuviste conmigo y no me arrancaste una sola pluma...- Pero como todo sueño se termina, el tambien volvió a la realidad. El chico ya sabía lo que quería saber y encontro a quien buscaba; sabia ahora que esa persona se habia convertido en su enemigo natural y que tenia prohibido cualquier trato con los de su 'especie'; y quien sabe si querría continuar con la idea de la 'mascota' ahora que sabía la verdad.

Salió junto con el, y aunque quiso ayudarlo a sellar aquel lugar donde habían estado pero por algún motivo no se atrevió, seguramente el danés le diría que no y seguramente se molestaría, mejor y dejarlo que lo hiciera solo, total, seguramente el era suficientemente fuerte como para hacerlo solo.

Cuando iba a decir algo, que iban a hacer, una vuelta... algo, cualquier cosa... solo fue callado por aquellas frías palabras que el danés había dicho. Era cierto que su yo original era bastante frió, pero al menos era consiente cuando quería algo, y a pesar de que no era bueno expresándose, por el momento se encontraba aliviado, lleno de paz cuando estaba con el mientras miraba su rostro y este siempre deslumbraba con tanta dulzura.

Apretó sus manos con fuerza, bajando un poco el rostro y levantando su mano para darle un pequeño golpe en el pecho, dejando que su cabello ocultara su mirada, estaba molesto y a la vez sentía un fuerte dolor en el pecho, después de buscarlo por todos lados y ahora que lo había encontrado ¿se iría? si que el danés era bien idiota.

- Serás idiota.... No, idiota es demasiado bueno para ti... -Dijo bajo, empuñando con mas fuerza sus manos, dando un par de pasos hacia atrás, en dirección hacia las afueras de la cueva- Si de verdad fuera a matarte ya lo habría hecho... en cambio, si es lo que tu deseas no tendré objeción... -Levantó el rostro, mostrando sus inexpresivos ojos que ahora se notaban con algo de nostalgia.

- Si esta es tu forma de desilusionar a una persona, eres perfecto en ello... imbécil... - Hasta a el mismo le dolieron esas palabras, el si era un imbécil y no le dolía decirlo, le dolía que era tan imbécil como para decir aquello y así quebrar las pocas fibras de corazón que podían quedarle. De inmediato, se encogió en hombros, un poco mas, y luego dándose la vuelta para salir de la cueva.

Bueno, hasta él mismo se habia dado cuenta de que lo que habia dicho no era precisamente lo mas adecuado para una situacion como esa; pero ¡era un demonio!, parte de su encanto era tener el tacto y la sutileza de un camion ¿no?.

Pero cuando vió al otro darse la vuelta para marcharse se apresuró a detenerlo abrazandolo por la espalda y envolviendolo con sus alas.

-¡No, espera!... ...
... Ahh...
... ... bueno, yo... - y realmente se sintió stupido de haber actuado así si nisiquiera sabia que le iba a decir, por lo que solo se sonrojó furiosamente e inclinó su rostro al lado del otro, casi apoyandose en el hombro ajeno.

-No quise decir eso... bueno, nisiquiera se que es lo que quería decir realmente... solo... no quiero que te vayas aun... ¿puedes... puedes quedarte conmigo un momento? yo... - y por un momento sintió como algo le molestaba en el pecho, algo le dolía al pensar que el otro se marchara. Tal vez se equivocaba, pero no quería soltar al angel.

-... yo estuve dispuesto a morir por ti... quiero... saber que se siente estar contigo, abrazarte, tenerte cerca y eso... aun despues de muerto... quiero saber que hubiera sido si lo hubiera conseguido estando vivo... antes de ser.. bueno, un demonio y no poder estar contigo porque así lo dicen tus leyes...-

Cuando sintió cada trozo de su corazón romperse fue sujeto por el mayor. Su corazón se detuvo de inmediato, dejándolo escuchar todo el bosque a su al rededor, y las palabras del mayor resonar contra su oído, y hasta ahora no se había dado cuenta lo lindo que podía ser detenido de ese modo, como si aquella persona no te dejara ir... a pesar de que no expresara mucho, se sintió bien ser tomado así por el otro.

Cerró los ojos para escucharlo mejor, aunque todo lo que decía no tenía sentido, y quería apartarlo de su cuerpo para que le diera su "espacio" pero a su vez no, quería hacer lo mismo que el, estar con el, charlar... aunque no fuera bueno en ello, abrazarlo aunque no fuera una costumbre... y si era posible, hasta besarlo, aunque seguramente después de eso lo golpearía.

- Nunca me han importado esas leyes divinas... y no pensé nunca incumplirlas... pero no es como si quisiera dejarte -Respiró profundo, hundiéndose un poco en el mismo para dejar que las alas lo envolvieran por completo, y así separarlo un poco para voltear a mirarlo a ojos ojos, posando sus manos en su pecho de manera suave y muy delicada, aunque se sentía bien tocar su tibia piel.

-Yo si sería capaz de arrancar tus alas... solo para que no te vayas... -lo ultimo, era mas que nada un pensamiento prófugo que se escapó de sus pensamientos y labios, mas no se dio cuenta, solo quiso quedarse así, apoyando su cabeza contra su pecho, como estaban, como en algún momento quiso estarlo.

Lo abrazó por un momento. Quiso tenerlo así, cerca de sí, entre sus brazos. Era una sensacion tan curiosa y extraña a la vez; no era como si nunca hubiera abrazado a nadie antes, pero este tipo de abrazo era distinto; habia algo que lo hacia diferente a los demas y le daba esa sensación de calma. Y tambien habia olvidado ese continuo preguntarse sobre tantas cosas que sinceramente dudaba en querer saber; por lo menos ahora que sabía ya tantas cosas que durante tanto tiempo ignoró se daba cuenta de que era mejor de ese modo ya que habria sido un verdadero 'infierno' para el.

Pero ese cálido y extraño sentimiento comenzaba a crecer en su interior, indicandole algo, casi exigiendoselo en lugar de pedirlo. Dudó por un instante pero al final se decidió. Alzó una de sus manos hasta sujetar el rostro del angel y ladeó un poco el propio para atapar los labios del otro con un beso sorpresivo. No fue ni salvaje ni desesperado, sino curioso, deseoso de sentir mas de todo aquello que comenzaba a inundar su cuerpo de esa calidez.

Lo estrechó con mas fuerza para evitar que se fuera o mas bien que se alejase en ese momento. Se sentía tan bien que no quería perder esa sensacion por nada, incluso si el angel lo golpeaba por ello.

En ese estado de total calma se dejó llevar, casi por completo, soltando uno que otro suspiro pesado, algunos mas que otros, pero estaba cómodo al estar así de abrazado con el danés, al menos podía sentir la seguridad de estar con el y de que por ahora no se iría de nuevo, que se quedaría a su lado, al menos por un rato mas.

Sintió su rostro ser guiado por el danés, ¿quería que lo mirase?, no, el tenía sus ojos cerrados y se acercaba... mas... mas, lo suficiente como para sentir como se hacía posesión de sus labios, cosa que provocó que sus ojos se abrieran grande, no sabía que hacer, ¿que demonios? ¿su primer beso? si, pues eso era precisamente, su primer beso, con su primer "amor".

Cerró los ojos, correspondiendo su beso o haciendo el intento de ello, tratando de fundir sus labios contra los ajenos, mientras pasaba sus manos de su pecho a su cuello, entrelazando sus brazos tras de el y jugando con alguno que otro mechón de su cabello que sobresaliera y estuviera al alcance de su mano. Si algo era cierto era que quería golpearlo, ¿su primer beso de ese modo? pero entre todo y que hubiera sido un enorme malentendido la forma en que se reencontraron, el danés supo aprovechar el momento "romántico" y eso le hacía pensar que no era tan tonto como parecía.

Y despues e estar esperando alguna reacción adversa por parte del otro por lo que estaba haciendo no recibió nada de lo que se imaginaba, al o ntrario, el angel le estaba correspondiendo, muy suavemente pero le correspondía. Era algo tan irreal en cierto modo, recodar tantas cosas y de pronto tener de vuelta aquellos sentimeintos y con toda la intensidad de ese tiempo en el que sin duda habria hecho cualquier cosa para poder estar cerca de el chico y poder robarle un beso. Ahora estaba allí, tal vez no de la mejor manera o como se lo imaginó en un principio, pero seguia sin poder tener el privilegio de acercarse a el siquiera por lo que era, aun así, habia obtenido la recompenza a su osadía de acercarse y los labios del otro rubio lo premiaban.

Lo mantuvo abrazado con mas fuerza,notando como su cuerpo reaccionaba a su cercania. No quería soltarlo, no quería separarse de el. Le aferró con mas fuerza en sus brazos y deslizó una de sus manos hacia su nuca sujetando su cabeza para poder profundizar aquel beso que cada vez se tornaba mas intenso y demandante; atrayendo el cuerpod el orto contra el propio al sujetarle por la cadera. ¿Era deseo eso que comenzaba a sentir? Sí, si lo era; pero tenia que refrenarse a si mismo, ya que no podía hacerle ningun daño al angel. ¡Acababa de rencontrarse con el y su instinto demoniaco ya quería hacer de las suyas! Tendría que controlarse.

Separó el beso que en ese instante tenian para poder tomar un poco de aire y calmarse, pero el solo ver la imagen del chico frente así, esos profundos ojos mirandole, sus mejillas sonrosadas, sus labios completamente rojos y tentadores temblando aun y esa respiración agitada chocando contra su piel... era algo tan bello a sus ojos que cualquier deseo impuro que tubiera era sofocado por el deseo de protegerlo de todo.

-Dejame estar contigo... esperé por mucho tiempo poder acercarme a ti no te quiero dejar ir...-

Bien, las cosas comenzaban a tener mas color, el danés lo apegaba mas a su cuerpo, y bien sintió como posó su mano en su muñeca para así profundizar el beso,no era bueno en eso, para nada, y no sabía como corresponderlo, pero hacía su mejor esfuerzo para no verse tan tonto en ese momento, aferrando sus manos a sus ropas con fuerza y poniéndose de puntillas para así ser mas fácil el contacto, a su vez que ladeaba su cabeza, de una forma mas cómoda, todo para estar a gusto entre sus brazos y atrapado entre sus labios.

Contaba los segundos en que el danés se apoderaba de sus labios, y cuando comenzó a separarse fue que pudo respirar profundo, por algún motivo su respiración se cortaba cuando tenía contacto de ese modo con el, y sus mejillas se coloraban lo suficiente como para decir que parecía una quiceañera con su pareja, pero eso fue algo que de inmediato quiso omitir.

Pasó sus manos a su cabello para entrelazarlo entre sus dedos y así sentir la suavidad de este y como se enredaba en sus dedos, en lo que su rostro se escondía contra su hombro con algo de dificultad gracias a la diferencia de tamaño, aunque no era la gran cosa. - Nunca te he pedido que te vayas, imbécil... ¿porque simplemente no te quedas callado y dejas que todo fluya?, eres... tan tonto... -

Habló bajo, manteniéndose abrazado a el y escondido en su hombro, estaba muy sonrojado después de todo, no quería ser visto así por el, mucho menos porque a pesar de los años siempre le gustó y siempre le gustará, eso fue un sentimiento que simplemente no pudo perder en su transformación en ángel.

-Arvid... ¿estás molesto conmigo?... por... por todo lo que pasó... ya sabes... lo que soy y lo que eres tu... fue mi culpa todo lo que sufriste y yo... yo ni siquiera lo recordaba...-

De verdad le preocupaba que el otro estuviera molesto, de un instante a otro aquel muchacho habia tomado una importancia increible hasta para el mismo y no quería que estuviese molesto o incomodo, no con él.

Antes de que le dijera alguna respuesta tomó su mano y caminó hasta un grupo de arbustos que podrían ocultarlos ya que estaban rodeados de frondosos arboles y de ese modo no serían vistos con facilidad si alguien se aproximaba. Se sentó en el pasto apoyando su espalda a uno de los árboles y atrajo al angel para acomodarlo contra su cuerpo, teniendolo entre sus brazos y cubriendolo con sus alas nuevamente, como si no quisiera que le dierá la luz siquiera.

-Me dejo llevar, Arvid... pero no quiero hacerte daño. Creo que te quise y te quiero demasiado como para hacerte algun daño o algo que te traiga mas problemas, pero aun asi no quiero que te alejes...-

Estaba confuso, no sabía que responder, no se decidía si elegir entre idiota, imbécil o tarado... a el nunca le importó el modo en el que fuera, ni ahora en que el fuera un demonio y el un puro ángel, solo quería estar con el como no pudo hacerlo en un pasado y poder vivir lo que ahora se llamaría presente estando con el... solo con el.

Cuando iba a decir todo lo que tenía en mente con todo e insultos fue jalado hacia unos arbustos, no entendía mucho el porqué, pero se dejó llevar, tratando de mirar hacia arriba o a algún lugar en el que pudiera ver o sentir una presencia demoníaca o angelical, pero no sentía nada, ni peligro... nada, y sus poderes eran para eso, así que si no lo sentía, seguramente era que quería ocultarse para de todos modos no ser visto, quizás, ¿por dios?. siguió con la mirada cada acción del danes, mirando como este se recostaba de un árbol y luego lo jalaba para quedar sentado entre sus piernas, siendo abrazado con tanta fuerza, sin querer ser soltado, de una manera un tanto posesiva y siendo envuelto por sus oscuras alas.

- Creo que todos los problemas que mencionas ya pude haberlos pasado al dejar que un demonio me besara... -Se encogió contra el, acurrucándose entre sus brazos y tratando de esconderse tras sus alas- El único daño que puedes hacerme es dejar que vuelva a este bosque solo para esperarte de nuevo y ahora saber que no volveré a verte. Creo que ha dejado de importarme las consecuencias de mis actos desde que te vi nuevamente, y aunque sé que si alguien se entera yo moriré, prefiero morir con la idea de que pude encontrarme nuevamente contigo y mis cenizas no serán un polvo que no pudo cumplir sus metas...-

-¡NO!. Eso no... No permitiré que te ocurra algo por mi culpa, tu no morirás ni te convertirás en cenizas... ¡no lopermitiré!... No... no...- Abrazó con mas fuerza al angel contra su cuerpoqueriendo envolverlo aun mas con sus brazos y alas, apoyando la cabeza de éste bajo su cuello en un gesto de verdadera posesión, quería ocultarlo al parecer de sus propias palabras. Tan solo escuchó al otro chico decir esto una enorme preocupacion y temor le invadió y no por el, sino por el otro rubio.

-Nadie tiene que saberlo, nadie. Ni siquiera mi padre... si nadie lo sabe, nadie podrá hacerte daño... ... ¡Ven conmigo!... así podrémos estar juntos, no podrán separarnos ahora, yo te protegeré y cuidaré de ti. Pero no puedo ir al paraiso, puedo intentarlo pero aun así sé que moriría, solo, quedate conmigo...-

Realmente no sabia bien ni lo que estaba diciendo, ya que a momentos sus palabras parecian no tener lógica ni relacion, pero sus ideas se agolpaban en su cabeza y no quería separarse del angel, no lo haría.

Pensaba como hacer para poder permanecer juntos, pero todo era arriesgado; mas para el mas chico que para él, pero de igual forma era un problema.

Aquellas palabras sonaron tiernas por parte del danés, quien ahora lo aprisionaba con tanta fuerza y lo envolvía contra su cuerpo, le gustaba sentir la calidez del danés correr por parte de su cuerpo, hasta lo hacía acurrucarse contra el y olvidar todo lo que podía y que pasaba por su cabeza.

Posó sus manos sobre las ajenas, haciendo que una de ellas se soltara de su cuerpo y así poder entrelazar sus dedos con los propios, jugando con ellos como si fueran un pequeño juguete, o como si fueran algo con que relajarse, escuchando cada una de sus palabras, ¿su padre?.... ¿su padre se había convertido en un demonio?... tal vez estaba errado, pero eso le daba un poco de curiosidad, quería saber que había pasado con el en tanto tiempo en que fue convertido en demonio, pero no era tiempo ahora para preguntarlo.

- Yo no creo poder ir al infierno... mi cuerpo no resiste todo lo que es el infierno... los ángeles no podemos cruzar la frontera como ángeles, aunque tal vez en nuestra forma animal... -Dijo bajo, subiendo su otra mano para acariciar su mejilla para ayudarlo a calmarse, la forma en que estaba perdiendo el control de si mismo era extraña, pero no incontrolable. - Podemos tomar este lugar como nuestro... o vernos en ciertos lugares como nuestras formas animales para así evitar sospechas... luego podemos ocultarnos y ser nosotros mismos... ¿está bien? ...-

[color=red-¡Es verdad!... Tal vez eso funcione... en mi forma animal... bueno.. . yo... ni siquiera sé si podría llegar allá en mi forma animal, ni siquiera sé si sobreviviría... además no te conozco... me refiero a que no sé cual es tu forma... y bueno... -[/color] Se apenó un poco de decir aquello. -¿Eres un animal lindo?... o casi tan lindo como yo?...- Bueno, la vanidad tambien era un pecado y muy propio de un demonio además. -¿podrías...? ... ya sabes... mostrarme?-

A decir verdad se habia emocionado bastante con la idea de saber cual era la forma animal del angel, tanto así que olvidó por un momento porqué era necesario lo de sus formas animales.

Soltó solamente un poco al angel para que pudiera moverse, mas no dejó de mantenerlos cubiertos con sus alas, lo que tuviera que hacer lo podía hacer perfectamente bajo ellas, indicio inequivoco de que la posesividad del demonio era muy grande en cuanto al otro rubio al cual no quería dejar ir por nada del mundo... ni del cielo ni del infierno.

Suspiró, al menos le había dado un poco de espacio, así que respiró profundo y con dificultad trató de esconderse en sus propias alas, y antes de cambiar de forma, se aseguró de estar relajado ya que al ser un animal tan pequeño vería todo diferente y con pocos colores y sinceramente no estaba acostumbrado.

Su cuerpo se fue encogiendo y se volvió casi una bolita afelpada, mientras tomaba aquella forma y sus orejas crecían enormemente, encogiéndose por completo hasta volverse un pequeño conejo blanco, que al subir su pequeña carita se tonaban sus grandes ojos azules, casi en todos purpuras que lo hacían "diferente" a cualquier conejo que pudiera haber en este mundo.

Cuando estuvo ya en su forma, movió la nariz y sus bigotes, dando un pequeño salto para subir a sus piernas y que así pudiera cargarlo y mirarlo mas de cerca, haciendo pequeños ruiditos como su forma de hablar aunque no pudiera ser entendida.

- "Espero que no se le ocurra abrazarme o algo por el estilo... si lo hace muy fuerte puede sacarme los órganos... bueno, tal vez no... pero de todos modos, es algo extraño estar en esta forma... aunque me siento adorable" -Decía para si mismo, aunque en realidad no pudiera hablar y solo salían ruidos que el notaba como adorables, era cierto que en esa forma el mismo se sentía así.

Miró y esperó impaciente cuando las alas del angel lo cubrieron para cambiar su forma. Se notaba a si mismo emocionado y esperaba ansioso por ver que forma tomaría el angel.

Y tras un os momentos pudo ver como resplancedía un poco y al irse atenuando ese tenue brillo quedaba una 'bolita blanca'.

Abrió grandemente los ojos ante la sorpresa de que fuera tan pequeño pero seguía sin ver bien que era hasta que alzó la cabeza y pudo ver sus ojos y su pequeña nariz moverse. Y abrió aun mas los ojos, si ésto era posible al ver a aquella pequeña criatura saltar hacia sus piernas y mirarle fijamente moviendosolamente sus nariz y liegeramente sus pequeños bigotiros translucidos.

Era un conejo. Un conejo blanco. Un pequeño conejo blanco. El pequeño conejo blanco mas hermoso quehabia visto si podía decirlo.

Estaba boquiabierto de la impresión. Tomó al animalillo con mucho cuidado entre sus brazos y de inmediato sonrió ampliamente alzando al pequeño conejo hasta dejarlo con sus patitas traseras colgando y acercarlo a su cara la cual frotó contra la carita del animalito y despues de reir un poco por la emoción lo bajó y acunó en sus brazos y poqueó levemente su naricita.

-¡Eres hermoso!... y muy lindo ademas. Debería centir celos o envidia de tí porque eres mas lindo que yo, pero eres tan adorable que hasta se me olvida que debo sentirme celoso... ¿está bien que yo diga "adorable"?... que importa, ya lo dije... jajajajaja...- y enseguida se inclinó un poco hacia elfrente encogiendose sobre el conejo y manteniendolo en ese abrumador abrazo mientras sentía los rapidos latidos de animalito contra su cuerpo.

-No te asustes... no te lastimaré, te trataré con cuidado. Sé que eres muy pequeño y cualquier cosa podría lastimarte, pero yo no dejaré que eso pase- Le volvió a sonreir mirando sus grandes y hermosos ojos azulinos y lo abrazó de nueva cuenta.

Se dejó abrazar y aunque fuera muy incomodo del modo en que sus patas traseras quedaron alzadas por como el danés primeramente lo cargó, todo se le olvidó por como se acarició contra su mismo rostro, cosa que le hizo soltar pequeños soniditos, entre esos unas pequeñas quejas y otros suaves ronroneos.

Luego de eso, acunado en los brazos ajenos, los cuales se sentían cálidos y muy agradables. De inmediato se acurrucó contra sus brazos, y aunque su corazón latiera tan rápido, era solo parte de su organismo, al ser un conejo su corazón latía mas rápido y en ciertos momentos en que era alzado se asustaba, no quería caer al suelo siendo un animal tan pequeño, mucho menos ensuciar su blanco pelaje.

Movió su nariz contra la mejilla del danés cuando este se encogió sobre si, luego sacó su lengua y dio una lamida en su mejilla con su pequeña lengua, tratando de hacerlo entender de ese modo que estaba bien, el era fuerte,podía luchar para no ser lastimado, aunque obviamente no en esa forma animal, pero siendo un ángel siempre podía defenderse, no es que fuera precisamente débil.

Se acurrucó contra el cuerpo del danés, frotando su suave pelaje contra la mejilla del danés, tratando de reconfortarlo o algo parecido, no era bueno en eso como ángel, pero con su forma animal le resultaba mas fácil ya que solo podía acurrucarse y ronronear, o en el dado caso frotar su fría nariz contra el.

Escuchó luego unos soniditos provenientes del animalito y supuso que eran sus respuestas, vaya, hasta esos ruiditos sonaban lindos y le enternecían. ¿como no querer proteger a una cosita tal pequeña y linda como ese conejo?... pensó que el angel habia adoptado una forma animal bastante beneficiosa en cierto modo.

Luego sintió la suave y rapida lamida en su mejilla la cual la hizo sonrojar tanto de la emocion como por estar pensando en ese momento que se trataba de Arvid.

-¡Vaya, eres muy lindo! hasta me dan ganas de jugar contigo o de mimarte hasta que me muera o abrazarte hasta dormir, jajajaja... nopuedo creerlo aun, eres muy hermoso en tu forma animal, no pareciera que fueras tu... pero igual me inspiras a seguirte cuidando, jejeje...-

Se giró un poco en el pasto y dejó caer su espalda concuidado al piso alzando al conejo en el aire y sosteniendolo por debajo de sus patitas delanteras, sí, le encantaba como se veía con sus patitas traseras colgando y queriendose enroscar moviendo ligeramente su colita afelpada. Lo miró desde abajo poniendo especial atención en sus ojos. eran realmente hermosos, igual que los que poseia en su forma humanizada, de hecho era el mismo color azul profundo que tanto llamaba su atención. En pocas palabras era hermoso.

Sonrió una vez mas y lo acercó a su pecho, tomandolo tambien de sus patitas traseras para indicarle que no lo dejaría seguir colgando y se incorporó otra vez extendiendo un poco sus alas antes de replegarlas dejando volar unas cuantas plumas sueltas. Se sentó cruzado de piernas y colocó al conejo en su brazo recostandolo con la barriguita hacia arriba cuan largo era para hacerle cosquillas en si vientre y juguetear con sus patitas mientras le miraba mover supequeña nariz cuando aquel le miraba con esos grandes ojos rodeados por largas pestañas blancas.

-¡Y tus orejas!... ¡Son tan largas y suaves!!!...- hasta ese momento no habia reparado en ese pequeño detalle al tener el animalillo sus orejas gachas contra su lomo y su cabeza.

¡Demonios! se sentía un peluche o una muñeca del danés que era movido al antojo del mayor y como quisiera, casi manipulado como un títere, cargado sobre el aire con sus patitas desplegadas y estiradas que lo hacían mecerse un poco entre sus manos, ¿que demonios? aparentemente al mayor le gustaba verlo de ese modo por muy incomodo que fuera para el.

Comenzó a mover las patitas delanteras, dándole a entender que dejara de moverlo tanto, ya que comenzaba a marearse, cosa que pareciera que tomó en cuenta y lo acomodó contra su cuerpo, aunque con las patas hacia arriba, y luego hacerle cosquillas. Se revolvió un poco, volviendo a hacer ruiditos ahora como que aquello le daba cosquillas y le gustaba, moviendo las pequeñas patitas delanteras, queriendo atrapar la mano ajena que jugaba en su panza.

Cuando el danés mencionó sus orejas, comenzó a moverlas como podía, de un lado a otro, arriba y abajo, a la par con su nariz y bigotes que se movían junto con el, y cuarto por fin atrapó una de sus manos se la llevó a la boca para darle pequeños mordisquitos, y luego de eso lamerlos para darle a entender que era la forma animal que tenía de jugar.

Comenzó nuevamente a ronronear, cada vez hacía ruidos mas fuertes como quejas y algunas como si no pudiera contener la risa de como jugaba, claro que era tan diferente, el hecho que pudiera reaccionar así siendo un conejo, aprovechando su posición y como el danés lo trataba, tal vez así podría pasar mas tiempo aunque no le gustara y no estuviera acostumbrado.

-¿Vaya!... eres increiblemente adorable y juguetón... ¿quien iba a decirlo?, con lo serio que te vez con tu forma humanizada... pero ¡que rayos!, yo tambien seguire jugando... ¿te gusta? ¿ah?...jajaja... si... tus orejas son lindas... y tienes el pelaje muy blanco... y tupido... pareces un muñeco, jajajaja... ¡dame esa patita!... aqui... aqui... ah... ... ... ¿como te llamaré?...-

Si, estaba de lo mas feliz y entretenido jugando con el conejo como si no hubiese tenido infancia y aquello fuera lo mas grandioso de la existencia, acariciaba el pelaje del animalio y lo volteaba con la barriguita hacia arriba para seguir jugando con sus patas y lo volteava nuevamente para acariciarle el lomo y las orejas y nuevamente lo volteaba para que jugara con sus dedos, inclusive lo tenia acostado de lomo y le sijetaba ambas patitas delanteras cuando mencionó eso de no saber como llamarlo.

-Bueno, será mejor que te busque un buen nombre... algo que vaya bien contigo. Tal vez... cotton.. no, muy tonto... Jan... no, muy serio para un animalito como tu... tal vez... no, olvidalo... ¿que demonios?, ¿como no lo pensé antes? ¡Bunny!... ¡Te llamaré Bunny!, por lo menos suena mejor que Kotetsu... por eso no te lo mencioné... Bien "Bunny", creo que me gustará tener un amigo como tu, jajaja...-

Y siguó jugueteando un momento mas con el conejo, se recostó nuevamente en el pasto con las piernas flexionadas, tranquilamente y con el pequeño animal sobre su pecho.

Despues de un rato dejó de reir y se le quedó mirando fijamente a sus grandes ojos azules dado que habia caído en cuenta de algo. -¡¡¡¿Porqué me puse a buscarte un nombre si tu ya tienes uno?!!!...-

Estaba considerando el pensar si había hecho algo malo, o si simplemente no debió haberse transformado en su forma animal, ¿como demonios terminó con un nombre nuevo? el ya tenía uno y no era como si le molestara, estaba bien con el nombre que tenía, pero eso aparentemente era algo que el danés no entendía o al menos que había olvidado.

Ahora se estaba comenzando a marear con tanto movimiento del danés, siendo puesto patas arriba y luego hacia abajo, repitiendo constantemente la acción, que aunque a un principio lo entretenía, luego comenzaba a ser molesto y tedioso, sin mencionar que estaba suficientemente mareado como para quedarse inmóvil después de tantas vueltas y juegos, ahora acomodado sobre el pecho del danés que solo parloteaba cosas sin sentido, nuevos nombres, ¿en serio se le había ya olvidado con quien estaba hablando?, aparentemente, pero, a menos que volviera a su forma normal, no podría regañarlo o al menos quejarse.

Hizo un par de ruiditos bajos, quejándose un poco de los nombres, haciéndose bolita en su pecho y rasguñando con las garritas de sus patas parte de la camisa del otro, luego subiendo entre trepadas hasta meterse entre su cuello, una zona tibia que se sintió agradable, quedándose ahí tranquilamente antes que de querer quedarse dormido.

Le sintió rasguñarle ligeramente con sus garritas, lo cual le hizo pensar que el tampoco sabia porque carambas le habia puesto otro nombre inutilmente si ya tenía uno. Eso o definitivamente no le habia agradado ninguno. Mejor lo seguiria llamando como hasta ahora.

Pronto le sintió acurrucarse tratando de ocultarse entre su cuello, lo cual le ocasionó algunas cosquillas por su suave pelaje, pero aun así lo dejó y lo abrazó un poco, cubriendole tambien con parte de su capa para que se sintiera protegido.

-¿Tienes sueño, Arvid?... tal vez sea buena idea dormir un poco, si quieres puedes quedarte ahí, no me molesta, eres muy lindo... asíno habrá problema si alguien pasa y logra encontrarme, practicamente no te notarán...... aunque quisiera que fuera tu otra forma y poder abrazarte al dormir...- Claro que lo ultimo solo lo dijo para si mismo. Sabia que era peligroso que el angel estuviera con el y ser enconrados, ya que podrían ser acusados de traidores e imputarles el castigo a la maxima perversion y traicion para sus bandos.