Sin Permiso (privado)

Estaba paseando por los matorrales, sobre ellos para ser mas específicos con las alas desplegadas y estirando sus manos para sentir como la hierba tocaba sus dedos a tal rapidez en la que volaba sobre ellos, era una sensación agradable que le gustaba sentir cuando estaba descansando, y si, para el aquello era un descanso, siempre estaba entrenando, cortando bambú y a veces peleando con algún ángel o algún demonio, aunque eso era lo de menos, si no lo atacaban entre grupos no podrían ganarle, o tal vez si.

Se detuvo en los matorrales, estaban bastante altos, a la altura de sus hombros mas o menos, era raro y ahora le costaría increíblemente caminar entre ellos, pero era lo mejor ya que tenía el presentimiento que algo no estaba bien, así que prefería ocultarse, no como cobarde si no como para evitarse un problema a estar horas del día, estaba relajado y no quería que su paz acabara por un malhumorado demonio que pasase por ahí, o quizás un molesto ángel sin nada que hacer.

Mientras cerró sus ojos escuchó un grito que lo estremeció, sabía que no estaba bien, pero algo en su interior le decía que tenían que ir a aquel lugar y averiguar que era, solo esperaba que no fuera un grupo grande de demonios o angeles, si no estaría en peligro después de todo. Se alzó en vuelo ya que si continuaba entre los matorrales nunca llegaría a tiempo, con suma rapidez que se dirigió, no estaba a mas de un par de kilómetros de distancia, así que no le tomó mucho llegar a donde el grito había sonado, aunque el matorral no dejaba ver lo que ocurría.

- ¿Hay alguien? -susurró bajo, si había alguien en peligro le respondería a su bajo llamado, si no, se había metido en un problema innecesario.

Se quedó distraído por un momento, quizás fue solo una voz en su cabeza, había pasado tanto tiempo solo que podría ser el caso en que solo escuchaba cosas y voces que algunas vez tuvo la "dicha" de escuchar y se quedaban en su cabeza, así que simplemente se mantuvo por lo alto de la hierba, mirando por todos lados, soltando un pequeño suspiro y sintiendo como la brisa peinaba sus ya desordenados cabellos, era relajante, pero algo en su interior le daba a entender que no todo estaba bien.

Cuando estuvo con los ojos totalmente cerrados, pudo relajarse y así escuchar pequeños gritos, junto con algo que no podía descifrar, tal vez un susurro que resonaba por la hierba, pero en aquel momento simplemente entre tanta calma y como el susurro aumentaba de tono, escuchó un nuevo grito y como algo se golpeaba y quizás hasta quebraba, ¿que demonios había sido eso? pero de inmediato, volvió su vista a la hierba, mirando unas enormes alas negras y como golpeaba algo pequeño, con alas igual de pequeñas, pero parecía desarmado.

Aquello fue algo que le digustó, parecía un niño con lo que peleaba, o por lo menos desde su punto de vista. Se enfocó en donde estaba, y aprovechando su poder se teletrasnportó a un lado del atacante, clavando un golpe en su costillar derecho lo suficientemente fuerte como para alejarlo, y luego, volviendo a teletrasportarse a un lado nuevo, justo para darle una parada en el estomago y con los codos un golpe fuerte en la espalda, aprovechando toda su fuerza en aquel momento.

Como ultima vez, se volvió a teletrasportar para quedar detrás del atacado y posar ambas manos en sus hombros, acercándose a su oído para poder preguntarle- ¿ Estás bien? -Preguntó, sin quitar la vista del demonio en ningún momento, esperando cualquier reacción para volver a atacarlo, de daba gracias a si mismo que tenía fuerza suficiente como para enfrentarse con un demonio común y salir triunfante, pero no siempre podía salir bien como esperaría, así que no bajaba la guardia, solo quería saber y el otro estaba bien.

En cierta manera se asustó un poco por lo herido que estaba, y por mucho que no le gustaran los ángeles por experiencias pasadas, no era una persona que le gustaba atacar al débil e inocente, eso era algo que siempre le enseñó su padre el poco tiempo de vida que tuvo con el, pero tampoco quería asustar al otro, así que se mantuvo prudente al no tocarlo para que no temiera mas y terminara lastimándose mas de lo que ya estaba, por su parte, podría esperar su tiempo para que le confiara curarlo a su manera, ya que poderes de curación no tenía al igual algunos ángeles, pero si tenía otras formas.

Su pregunta lo hizo fruncir ligeramente el ceño, pero se veía sumiso, o mas de lo que parecía, así que sin esperar quitó la mano de su hombro y la pasó a su mano para que se apoyara con el.

- ... Perdón pero... ¿Estas muy herido? -Preguntó de inmediato, con el rostro serio, sereno, pero también con tranquilidad y un tanto de preocupación que se le notaba en sus claros ojos que, mas que inexpresivos, eran brillantes, aquello que le daba un aire distinto a cualquier otro momento en el que podría mostrar sus ojos que hasta carentes de brillo podrían ser- Si me permites, a pesar de ser mestizo... puedo ayudarte... y si no puedes volar, puedo llevarte... -

Se ofreció para ayudar al ángel herido, era una persona sumamente hermosa que hasta su desagrado por los ángeles había desaparecido por los segundos en los que se encontraba tratando de que el islandés cooperara con el para poder llevarlo de ahí, después de todo, no había matado al demonio, no era un asesino como ellos y no se perdonaría cometer una barbarie, pero quería salir de ahí.

No sabía porqué, pero el esperar la decisión del chico se le hizo eterna, solo contaba los segundos, no creía que se fuera a levantar pronto, pero si que pudiera tener amigos y sería mas trabajoso huir, sobre todo si tenía que cargar con el pequeño ángel que yacía en el largo cespert, cosa que aprovechó de delinear con la mirada, no parecía peligroso y si estaba herido dudaba mucho que quisiera atacarlo, además, era tan débil que muy difícilmente podría hacerle daño.

Cuando por fin habló se acercó a el lo suficiente como para tomarlo del suelo y poder cargarlo, mirando hacia todas partes en busca de alguien o algo, que además no podía sentir nada al rededor. Se alzó en vuelo, algo alto, para solo caer en picada y a unos escasos metros del suelo retomar vuelo por encima del las largas hojas que podía rozar con sus piernas, tratando de ir lo mas rápido que podía y sin mirar atrás, sobre todo eso.

- ¿Que hace un ángel vagando en la tierra? ¿No tienen mejores cosas que hacer, como por ejemplo... estar en lo que llaman "El paraíso"? -Preguntó algo curioso, si era uno de los guerreros alados de los cielos, aquella persona allá arriba no sabía nada acerca de combates, y si con alguien tan débil como el pretendían "cazar" mestizos, entonces las decisiones las tomaba alguien con un ego muy grande y una potestad demasiado grande para ellos mismos.