Regalo para 'Far'

Caminaba un tanto presuroso por las calles del Mercado tratando de distinguir la silueta de su 'Far'. Cierto era que no era su padre, de hecho no era nada de él, pero al haberlo encontrado primero y traido a este plano le tomó un afecto y estima especial apodandolo de esta manera a manera juguetona, pero, con un fondo de verdad, ya que despues de todo si lo consideraba como su nuevo 'papá'.

Habia pasado algun tiempo en el Mercado de las sombras buscando algo realmente genial para obsequiarle, ya que siempre que queria encontrarle solo tenia que ir al mercado y ahí lo encontraria, buscando siempre algo para su coleccion aunque nunca sabia bien que tipo de cosas buscaba; por ello pensó que si buscaba en el mercado de las sombras tal vez encontraría allí algo mas genial que pudiera gustarle.

Y así fue. En una de esas visitas vió unas alas de angel, segun el fulano con el que hizo el trato eran de un angel que habia caido no hacia mucho, y que las plumas de aquel se habian vuelto grises... ¿porqué?... quien sabe... y tampoco le i mportó mucho que digamos; pero recordando la manía que tenia su amigo por arrancarse las plumas y regalarlas pensó que tal vez podria utilizar esas para obsequiar a manera de recuerdo y poder dejar por fin en paz sus propias alas, claro que eso tambien llevaba otro in, ya que el mismo si trataba de arrancarse una pluma sufria un gran dolor, casi agonizante, asi que "si a el le pasaba, pues tambien a los demás... ¿no?". Asi que con esa alocada idea en la cabeza trataba de distinguir entre la multitud a su amigo, ademas, claro, de que se morí de ganas por contarle su ultima 'chocoaventura'.

-¡Toriiiiis!!... ¡¡¡¡Toooooriiiiiiiiis!!!....

No era fácil para un demonio tan pequeño como él abrirse paso entre la multitud que buscaba algo interesante en el mercado. Sin embargo era imposible resistirse a la idea de conseguir algo nuevo para su colección. Últimamente se había interesado bastante por los libros, tratando de buscar en ellos quizá parte de su pasado que hubiese olvidado... o al menos creer que ese fué su pasado.

Si bien al paso de los siglos había llegado a aceptar esa parte de su ser, aún le quedaba la eterna incógnita de qué era lo que había hecho para merecer estar en un lugar así. Comprendía una parte de eso, ya que él mismo había sido el encargado de traer a "éste mundo" a un joven hacía ya un tiempo; aunque en realidad esa nunca fue su intención. Seguía sintiéndose culpable, ya que de no haberse acercado al chico, quizá habría terminado entre los ángeles en lugar de en un lugar como ese... Aunque también cabía la posibilidad de que su alma se hubiese perdido para siempre...

Suspiró profundamente y llegó a un puesto conocido por su joyería. Se entretuvo ahí mirando algunos dijes y hermosas empuñaduras de metales preciosos; sin duda deseaba mucho tener algo así, aunque su gusto por las armas era únicamente ornamental, se sentía incapaz de ir a luchar contra los ángeles como muchos de sus compañeros.

Y ahí estaba, tratando de regatear con el vendendor cuando escuchó la única voz que podía reconocer en todo el Infierno... La voz de aquél joven al que consideraba una especie de "aprendiz", aunque éste superara por mucho su altura y su fuerza. Además tenía cierta tendencia hacia actividades algo mas "destructivas", y era ahí cuando tenía que usar algo de diplomacia para salvarlo de mayores problemas... Sin embargo se había encariñado con el joven y sin importar cuántos problemas le causara, aún así siempre era grato para él verle.

-Søren! Que gusto ^^- saludó tímidamente con la mano, esperando alguna de las muestras de afecto con las que solía saludarle el demonio.

-¡¡Far!!.. ¡hola Toris!!!...- Empujó a algun 'pobre diablo' que se le cruzo cuan largo le alcanzó el brazo para sacarlo de su camino en su carrera a encontrarse con su amigo.

-¡Mira... encontré algo para ti!!... .... ¿otra vez viendo los dijes?... Ya te dije que si quieres estos yo puedo conseguirtelos...- Se acercó al otro demonio en cuestion y despues de un afusivo abrazo en el que lo alzó un poco y se acercó al puesto donde exhibian las mencionadas piezas haciendo que chocaran por el emotivo saludo contra uno de los postes de donde exhibian la mercancia -¡Ah!... Lo siento Toris... fue sin querer...- despues de medio acomodar al otro a su estado 'bormal y dejar el sitio como 'estaba' se apresuró a sacarlo del puesto.

Una vez fuera y con una gran sonrisa en su cara pasó una de sus manos por debajo de una de sus alas y la desplegó un poco dejando caer unas de las piedras brillantes que antes estaban exhibiendose pero que habia hurtado en el momento que tonteaba dentro de la tienda. -Ten... ... pero eso no es lo que quería decirte... ¡¡Encontré algo que ta va a gustar y ya no tendras que arrancarte las plumas ... Mira!!!- Y le extendió una bolsa grande y oscura que contenía las alas de angel que habia conseguido en el mercado de las sombras. Si te sirve de consuelo, esas no las robé, jeje...-

Todo sucedió tan rápido... Primero vió como volaban algunos demonios que estaban en el camino del danés, tratando de esquivar al efusivo nórdico que pasaba por sobre todo lo que tuviese enfrente. Después se sintió asfixiado por el "cariñoso" abrazo de su "hijo" y lo siguiente que supo es que se había golpeado la cabeza con uno de los postes de la tienda y había sido jalado fuera de ella por su aprendiz.

Y ahí estaba frente a él sin dejar de sobarse la cabeza. ¿Por que no podía ser un poco más delicado? Bueno... Era una pregunta absurda, algo así como preguntar por que las alas de los ángeles eran blancas. Masajeó un poco su frente, tratando de dispersar la jaqueca que comenzaba a formarse (curiosamente el 99% de las ocasiones en las que se encontraba con el danés terminaba con jaqueca) y al ver las piedras brillantes que el otro había "adquirido" sintió como comenzó a dolerle aún más.

-¿Pero en qué diablos estabas pensando? Te agradezco mucho el que hayas pensado en mí, pero no tienes que robar para eso...- su tono cambió rápidamente de enojo a reproche, como un padre que trata de explicarle a su hijo por centésima vez por qué no debe comerse la tierra. -El que estemos en el Infierno no justifica que seamos deshonestos o ladrones...- tomó las joyas en sus manos, ya vería después la forma de regresárselas al vendedor sin tener que dar demasiadas explicaciones.

Le sonrió de nuevo al enorme danés, después de todo le daba ternura el que se preocupara por él de esa forma. Tomó la gran bolsa y la examinó, abriéndola y descubriendo su contenido. -N-no me digas q-que mataste...- le miró algo pálido y preocupado. Sabía que al nórdico le encantaba enfrascarse en peleas, pero no sabía que le había tomado gusto a matar ángeles.

-¡¡No, Toris!... ¡No.. no es lo que piensas!...¡aunque no me lo creas, pague por ellas!, de verdad...Las consegui en el mercado de las sombras... ya sabes... donde... bueno... encuentras otras cosillas que en habitualmente en el mercadito no encuentras... mh...-

Y de inmediato se encogió un poco, y si hubiera estado en su forma canina de seguro hubiera agachado las orejas cual perro regañado. Sabia que su amigo era muy correcto y algunas cosas podrían parecerle muy poco ortodoxas, especialmente sus 'metodos y tecnicas' pero no podia evitarlo... por lo menos trataba de no hacer esas cosas delante de el.

-... y no, Toris... hace mucho que no he matado a alguien... te prometí que no lo haría an o ser necesario... ya no lo hago por diversion o por hastio... ademas las ultimas peleas que ha habido solo terminan con unos cuantos lesionados.. bueno, uno que otro ojo por aqui, un ala por allá.. pero nada que sea demasiado serio, jeje... -

Aun se preguntaba como diantres aquel muchacho habia terminado en un sitio como ese en que habitaban. Desde que lo habia conocido jamas habia encontrado a alguien como el, era emasiadobueno, noble, era casi como un angel... bueno, si los angeles tuvieran corazon y algunos otros, sentimentos dentro de éste.

-Ah... el punto es que vi estas alas y recorde tu extraña afision por quitarte las plumas y... tu sabes... obsequiarlas a cualquier hijo de vecino... aun no lo entiendo... eso debe dolerte un monton...- y antes de desviarse mucho del tema lo retomó -...así que aqui tienes plumas para que puedas obsequiar a quien quieras sin que te las arranques!!!... ¿verdad que es genial?...¡si, claro que si!!! jeje...-

Al ver la cara de cachorro que el danés puso por el regaño de inmediato se arrepintió de haberlo hecho. Si bien el joven era alguien imponente y de habilidades de pelea impresionantes, él sabía perfectamente bien que era sólo una fachada y conociéndole un poco podía ser alguien muy tierno y fiel.



Suspiró aliviado al escuchar que no había tenido que matar para obtener el curioso objeto, por lo que se paró de puntitas y revolvió cariñosamente el cabello de su "hijo". -Está bien, Søren; me alegra saber que no hiciste alguna atrocidad sólo por conseguirme un obsequio.- sonrió y volvió a admirar su regalo, aunque le parecía algo tétrico el conocer su origen, agradecía el detalle que el demonio había tenido con él.



Cuando escuchó mencionar sus alas, por instinto las encogió un poco, cosa que siempre hacía cuando le mencionaban eso ya que por culpa de su tamaño tenía un grave complejo. -¿Q-qué tienen de malo arrancarme las plumas? En realidad no me duele... y de todas formas no puedo volar...- explicó; pero después le dedicó una gran sonrisa y volvió a revolver su cabello. -Te lo agradezco mucho... De ahora en adelante ya no tendré que lastimar mis alas ^^

-¡¡Bromeas, hombre!!!... ¡¡Eso debe doler un montón!!!... ¡¡Yo no puedo arrancarme una sola pluma sin estar retorciendome de dolor como si me estuvieran arrancando los... ah... bueno... tu me entiendes...-

Siempre le sorprendia cuando le decia que no le dolía el desprenderse a si mismo de sus plumas, cosa que no se terminaba de creer del todo ya que siendo para el algo tan doloroso, asumia que debia ser asi para los demas, o por lo menos en su egocentrico mundo de gomitas.

-... bueno, y en cuanto a eso de que no puedes volar... ya te he dicho que podemos intentarlo... solo... solo si dejases de de arrancarte las plumas de las alas... por a mor a los infiernos... creo que entonces podrian estar listas para ejercitarse un poco... digo, sé que tomará un poco de tiempo.. pero no es como si no fueramos a estar aqui mañana, jejeje... creo que ahora 'tiempo es lo que nos sobra'... ...
... bueno... tal vez tu si estés aqui mañana, yo, quien sabe... aunque no ha habido batallas con los 'lelos' ultimamente uno nunca sabe.. aunque siempre trato de regesar y lo sabes... ¡la proxima vez que regrese de una pelea te traere otro recuerdito!... ¡así sabrás que tu grandioso amigo-mejor-y-unico-hijo-adoptivo es el mejor! jaja!!...-

Le gustaba de alguna manera tratar de alegrar al báltico. Sabia que era una buena persona y si en su existencia como demonio habia conocido alguna injusticia era la que le hicieron a el. El chico no merecia estar en ese plano infernal. Le agradecía enormemente el que hubiera sido el el que 'lo encontrara' ya que conociendose no hubiera soportado el regimen 'angelical por mas de 5 minutos' antes de ser hechado del paraiso y de igual manera hubiera terminado en el infierno con todoa seguridad. Pero él... nada tenia que hacer entre tanto rufian como el.

-Toris... recuerdame otra vez porqué obsequias tus plumas... digo, no es como si los demás se quitarna parte de sí para obsequiarte... ¿entonces, porque tantas consideraciones??... no lo entiendo... eres demaciado generoso para ser un demonio... sigo pensando que esa es tu debilidad o tu forma imperfecta...-

La pregunta habia sido mas bien para sí mismo, pero como siempre, hablaba sin pensar primero en lo que decia. Mientras tanto extendia la mano cuando alguien pasaba acarreando un gran bulto sobre la espalda, al parecer eran frutos o algo así. Como fuera logro tomar uno y enseguida se lo llevó a la boca dando le una gran mordida, haciendo luego un ademan par ainvitar al o tro a caminar entre las calles un momento para animar un poco la platica.

-No me duele...- explicó por centésima vez. -A estas alturas ya deberías de saber que cada ángel y cada demonio son diferentes y que nuestras alas representan mucho de nuestra personalidad.- explicó con paciencia en ese tono paternal que solía usar con el rubio.

-No entiendo del todo qué es lo que determina con exactitud la forma y el tamaño de las alas... Pero sé que cada quien obtiene lo que merece...- su expresión cambió a una más melancólica, como cuando trataba de recordar qué pecado había cometido para terminar en ese lugar. -Creo que mis alas son pequeñas por que no me siento cómodo aqui... Sin importar cuántos siglos pasen, siento que no pertenezco al Infierno... Y como no me gusta el hecho de tener alas negras, quizá por eso sean tan pequeñas, así al menos no me estorban todo el tiempo ^^u

Le escuchó un momento mientras mencionaba aprender a volar y se estremeció con la sola idea de tener a su 'hijo' como maestro de vuelo. -V-volar...? N-no lo creo... M-mis alas son demasiado cortas y yo peso demasiado... Además, no necesito volar, disfruto mucho caminar tranquilamente ^^u

Caminó con él por los pasillos del mercado y cuando vió que el otro hurtó una fruta le lanzó un codazo con fuerza al abdomen. -¿Cuántas veces tengo que decirte que no debes de robar? Si tanto te preguntas por que regalo mis plumas, debo decirte que he tenido que obsequiar algunas a gente a la que has molestado para que te perdonen...- le arrebató la fruta de la boca y la arrojó hacia atrás, ignorando el grito de reclamo que había dado el pobre ingenuo al que le cayó en la cabeza.

-Significa... mucho para mí...- admitió casi en un susurro, mirando hacia el piso mientras seguia al mayor. -Así le demuestro a los demás que pueden confiar en mí...

Trataba de asimilar todo lo que el otro muchacho le decia. Y si las alas de cada quien tenian mucho que ver con su personalidad, pensaba que deberían ser inversamente proporcionales a su pacienciay su nobreza ya que sería la unica explicacion a que las alas del baltico fueran pequeñas y las suyas tan grandes. En un principio le molestaban mucho... despues aprendio a como molestar a los demas con ello y entonces fue mas feliz. Sin embargo le preocupaba mucho el estado melancolico en el que siempre estaba sumergido el otro, ya no sabia si era por sus alas, por su estadía en el infierno o peor aun, un combo de todo mas el plus de tener que soportarlo.

No pasó mucho tiempo para que sintiera un codazo de parte del otro que lo hizo medio ahogarse con el pedazo de fruto que estaba tratando de tragar en ese instante cuando le fue arrebatado y arrojado fuera de su alcance. Al parecer si lo habia molestado un poco, pero cuando escuchó el quejido del pobre desdichado al que le pegó con el, y siguó como si nada, supo que en el fondo tambien el báltico tenia su lado renegado.

-R-Regalabas tus plumas... ¿para que m-me perdonen?... ... eso si habia sido una revelacion y mas que nada un gancho al higado.

-¡pero.. pero... ...
...
.... .... ¡¡pero algunos eran brabucones que se lo tenian bien merecido y les hacia falta que alaguien lesfueraaponer unestatequieto, queseandemoniosnosignificaquevanapoderhacerloqueselesdelaganaaaaaaaaaaaaa!!!... ...
... ... ...
... ... Far... yo... mh... lo siento... trataré de ya no meterme en lios para que no sigas regalando tus plumas por mi causa... ... ...-

Suspiró un poco y pasó su mano spor los cabellos del otro revolviendolos un poco - ...Pero ahora tienes mas plumas para obsequiar sin tocar las tuyas... y pues... uh.... yo... bueno... - Se sentía mal de tener que mentirle al otro si le decia que ya no se meteria en problemas porque estaba seguro de que en algun momento lo haria, pero "Tratar" era otra cosa muy distinta, igual de efectiva al mom ento de hacer ese tipo de promensas. Por lo menos intentaría ya no ser la causa de uno de sus problemas.

En definitiva ese muchacho hablaba tanto o más que cuando era apenas un demonio "neonato". Sin importar cuanto tiempo pasara, para él no era más que un inquieto niño y no lo hubiese querido de otra forma.

-Søren... Si te conozco tan bien como creo sé que muchos de los pobres diablos que tuvieron la mala fortuna de toparse contigo no hicieron nada malo...- sonrió un poco imaginándose la clase de peleas que solía tener el danés. -Ahora... Si en verdad vas a intentar comportarte mejor, está bien por mí...- le tomó del brazo para acercarlo a él y le susurró al oído. -Pero si sólo lo vas a dejar en "intento", al menos podrías apostar algo de valor para que tus "travesuras" sean de algo de provecho...

Se acomodó el cabello después de esa pequeña demostración de cariño de su pequeño sūnus y extendió una de sus pequeñas alas, arrancando una de las plumas más largas y arrancó tambien una pluma blanca de las alas de ángel. -¿Ves? No me duele en absoluto...- sonrió ofreciéndole ambas plumas como obsequio. -Pero si te preocupa tanto, usaré las plumas que me obsequiaste de ahora en adelante, te lo agradezco en verdad ^^

Bueno, por algo podia decir que era su 'padre' ¿no?, porque siempre podia entenderlo y decifrar cad auna de sus maldades, incluyendo aquella de que lo dejaría en el intento solamente.

Aun así, se sintio culpable cuando aquel le reprocho por los agrafios ocacionados a los otros desdichados y pobres diablos con los que habia tenido altercados y a quienes habia tenido que obsequier parte de sus alas.

Suspiró pesadamente agachando la mirada al suelo y viendo las sombras de ambos proyectarse en el piso, una mas alargada que la otra y hasta podria decirse que tenebrosa al mover un poco sus alas y ver como la figura que le correspondia en el suelo se deformaba y parecia mas extraña mientras que la otra seguia siendo mas simetrica y estable, alargada y estilizada pero en ningun momento se veía deforme.

-Bueno... yo... lo haré Toris... - Extendió una de sus alas y doblando un poco su brazo hacia ella tomo una pluma alargada y se la arrancó, apretando con fuerza los dientes y los ojos para no dejar escapar sonido alguno y evitar que alguna lagrima traicionera evidenciara su dolor.

Alzó despues de esto la pluma para verla directamene y notó como en la punta de esta habia un poco de sangre casi del mismo color del borde de aquellos filamentos casi transparentes de color oscuro y despues de exhalar otro supiro le tendió la pluma al báltico, acpetando a cambio las que el le ofrecia y atandolas a un collar que llevaba entre sus ropas.

-Pues... pon tu que no signifique gran cosa... pero, quiero darte esto como promesa... haré lo que pueda para no ser tan... ... ... barbaro, bruto y barbaján... ...-

Despues de terminar de atar su colante y guardarlo lo miró aun con una sonrisa en el rostro.

-¡Hey!... se siente bien !!... decir la verdad no se siente tan mal...-

Tomó la pluma con una gran sonrisa y la guardó en un pequeño saquito de terciopelo en el que solía guardar monedas y otras curiosidades. Siguió caminando por un momento, simplemente concentrado en escuchar sus propios pasos y los de su acompañante, pensando en cuánto tiempo había pasado desde la primera vez que le vio en la Tierra y cómonunca esperó volver a verlo en el plano Infernal.

-¿Sabes? De no ser por tí, no se que habría hecho en este lugar...- confesó con una de sus miradas melancólicas. -Aquí no encaja alguien como yo... tan débil...- se mordió el labio, indeciso en si tratar con el demonio un tema que hacía muchos años le llenaba de remordimiento.

-Søren... Tu... ¿Eres feliz aqui? Es decir, sé que este no es el lugar más alegre ^^' pero... ¿Hubieses preferido ser un ángel?- preguntó apenas en un susurro.

-No, far... a decir verdad... no me siento del todo feliz aqui... es decir... es el infierno, no se supone que esto sea el parque de la felicidad o algo por el estilo... ademas... Tu no eres debil... eres mas fuerte de lo que te imaginas... la mayoría de nosotros nos volvimos locos al llegar aqui y somos lo que somos como una forma de poder hacer esta existencia mas llevadera... pero tu... siempre haz sido igual, desde que te conozco.-

Todo aquello le habia hecho recordar varias cosas, entre ellas que no entendía del todo porque aquel demonio podía ser tan melamcolico. Le gustaría encontrar algo para hacerlo un poquito mas feliz aunque sea por un momento. Tal vez tubiera que hacer otra visita al mercado de las sombras a ver que encontraba que pudiera agradarle.

-Y no... no me hubiera gustado ser un angel... tanta perfeccion y 'benevolencia' 24/7 es mas de lo que cualquier ser pueda soportar por mas inmortal o divino que se sea... aun así, creo que ellos sofren igual o mas que nosotros, Toris... Recordó en esos momentos a su 'mascotita' y lo melancolico que se veía mientras le hablaba. Se veía casi como su amigo. Tal vez no fuera por lo mismo, pero ambos sufrian por algo.

Sonrió al escuchar las palabras de su "hijo", pensando en lo mucho que había cambiado desde la primera vez que le vió

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Recordaba que era un invierno extremadamente frío. Consumido en su propia tristeza por ser un demonio, había vagado por la tierra durante algún tiempo convertido en lobo, observando con añoranza a las familias de humanos, tratando de recordar cómo había sido su vida. Tiempo después esas tierras se vieron envueltas en guerras y él decidió huir a los bosques.

Fue aí donde un día encontró a un joven soldado. Estaba herido y por lo que veía había tratado de regresar a su campamento, pero el cansancio le había derrotado y se había quedado dormido. Una ligera capa de nieve le cubría los hombros y el cabello. Aún estaba vivo, pero de no ser atendido pronto, podría morir congelado. Olfateó el ambiente y percibió que había un campamento cerca, aunque hubiese preferido llevarlo en su forma de lobo para no ser descubierto, el campamento aún estaba a varios kilómetros y por el estado del joven no creía que sobreviviera mucho tiempo más.

Se transformó y ocultó sus alas, sacudiendo un poco la nieve sobre el cabello del joven. En ese momento abrió ligeramente los ojos, balbuceando algunas cosas en un idioma que él no conocía... Parecía finlandés... o danés... No estaba seguro, pero era una lengua del norte.

-Shhh... Te llevaré a un lugar seguro...- no tenía idea si el joven podría entenderle, pero pareció calmarse. Lo tomó con cuidado en sus brazos, teniendo algunos problemas, ya que el joven le superaba en altura y musculatura por mucho, y aunque él poseía la fuerza sobrenatural de un demonio, igual le era dificil tratar con cuidado un cuerpo tan grande. Se concentró lo más posible, ya que era muy arriesgado usar su teletransportación hacia lugares que no conocía y pudo visualizar el campamento de soldados. Su aura les rodeó y al instante se encontraba en otro lugar del bosque, apenas a unos metros de una fogata y unos cuantos guardias que hacían custodia mientras el resto descansaba.

De inmediato volvió a tomar su forma animal y arrastró al delirante joven hacia los humanos, aullando y ladrando como si fuese un perro para llamar la atención y que le dieran al joven atención médica lo antes posible. Al principio los soldados se alarmaron por el imponente animal y le amenazaron con sus espadas, pero logró huir de ahí, regresando poco antes del amanecer para asegurarse que el joven había sido curado.

Regresó durante algún tiempo, para estar cerca del joven mientras se recuperaba de aquellas heridas, haciéndose pasar por uno de los perros de las jaurías que acompañaban a los soldados. Durante ese tiempo fué testigo de cómo las tropas aliadas llegaban de vez en cuando con noticias, provisiones y armas. En una de esas caravanas viajaba un joven de la misma edad que su "protegido", de cabello rubio cenizo y ojos color amatista. En cuanto a personalidad esos dos jóvenes no podían ser más distintos, sin embargo, aunque sus actitudes fueran muy contrarias, podía ver en sus gestos cómo silenciosamente una estrecha relación comenzaba a surgir entre ambos.

El joven se recupero satisfactoriamente y el demonio decidió dejarlo continuar con sus batallas. A pesar de ya tener un par de siglos viviendo como demonio, seguía sin entender mucho del funcionamiento del Infierno, y lo que no sabía era que ese pequeño contacto con aquel humano le había condenado. Accidentalmente había marcado su alma, así que aquel joven guerrero, orgulloso y noble había sido destinado al Inframundo, sin importar sus logros o pecados en vida. Terriblemente arrepentido, se prometió a sí mismo volver a encontrar al joven cuando el final de su vida humana llegara y estaría siempre con él, tratando de pagar su error.

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-Yo... lamento tanto que por mi culpa estés aqui...- confesó con seriedad. -Solamente quería ayudarte... Era tan torpe que no tenía idea que te condenaría a una eternidad aqui, Søren... ¿Crees que algún día podrás perdonarme?


..

Claro que aquella pregunta le habia sorprendido, no era agradable el infierno por mas libertades y otras cosas buenas que pudieran agenciarse para su disfrute. Pero ese era el proposito, tener un lugar de 'sufrimientos e incomodidades', tal vez no fuera de tortura para él, pero habia algo que le hacia inquietar constantemente.

Pero aquella disculpa nuevamente por parte de el báltico, nuevament elograba sorprenderlo en sobremanera.

-¡No, Toria!... ¡No tengo nada por lo cual disculparte... far, te lo he dicho ya... hiciste lo mejor para mi y te lo agradezco... y por si acaso lo haz olvidado... te recuedo que aunque hubiera terminado como angel me hubieran hechado del p lano celestial en poco tiempo por mis... ah... 'cualidades', digamosle así... habría terminado como angel caído y quien sabe... a lo mejor las alas que tuvieras ahora en esa bolsa serían las mías ya que tampoco hubiera tenido una muy grata bienvenida al inframnundo... Toris... habria venido aqui de cualquier forma... ... es mas... yo... pequé cuando estuve a punto de morir... pequé contra mi fé antes de exhalar mi ultimo aliento, maldiciendo aquello con tod mi ser... cometí un pecado Toris, no uno sino muchos... entre ellos el imperdonable... ... ... vi morir a mi padre en mis brazos... y aun así, lo unico que ambicionaba era volver a los bosques del norte a buscar... ... ...- Se detuvo en ese momento al no poder recordarlo, dando un pesado suspiro antes de continuar. -... Ni siquiera se que era lo que debía encontrar... estaba tan cegado pr el odio y la ira que olvidé todo por concentrar mi ira en ese momento... Toris; olvidé todo y dejé de lado el pesar de alguien a quien le debí llorar por algo que no recuerdo... fui egoista, y me temo que eso fue lo ultimo que me condenó a estar aqui... Tun ada tuviste que ver con ello, simplemente te agradezco que hayas sido tu quien me trajera y no otro...-

Siempre era dificil para el tratar de recordar esos momentos ya que le hacian ver que habia sido debil, mas de lo que se hubiera permitido ser él mismo. Se habia prometido hacer todas esas barbaridades y abandonar a los suyos para ser fuerte y proteger todo lo que quería, pero murió sindo debil. Había fallado. Sin embargo, el haber recordado ese episodio de su pasada existencia le habia traido a la mente algo mas reciente, algo que casi de inmediato le hizo borrar aquella expresion triste y abatida para dibujar en sus labios una tenue sonrisa.

-...Ademas,far; hay algo que quiero contarte, algo que me ocurrió hace poco, mientras andaba por los campos...-

Escuchó pacientemente todo lo que el nórdico le decía, conteniéndose de interrumpirle para decirle por milésima vez que eso no era cierto, que él habia sido noble, honesto y fiel en vida. Pero nada tenía caso, el joven seguía culpandose... Quizá más que el lugar en el que vivían, su propio Infierno era ese, el remordimiento, la desesperanza, la duda. Quizá eso era mucho más pesado para ellos que el color de sus alas.

Había agachado la cabeza y caminaba lentamente hasta que escuchó que su joven amigo le agradecía haberlo encontrado. Por mucho que le causara remordimiento el haber marcado su alma, estaba verdaderamente feliz de poder contar con alguien como él para pasar su eternidad en el Inframundo.

-Allá arriba?- preguntó un tanto preocupado cuando mencionó que habia ido al plano terrestre. -Sabes que es muy peligroso ir ahí... No quisiera que te pusieras en peligro de no ser necesario...- aunque él mismo había ido algunas veces y se había topado con aquel generoso ángel, aún lo mantenía en secreto de su aprendiz y aunque su preocupacion era mas que nada para que el danés se encontrara libre de problemas, tambien quería seguir guardando el secreto de su relacion con aquella criatura celestial.

-Si Toris... arriba. ¡Hey!, no tienes de que procuparte... no me pasará nada... se como cuidarme y arrancar alas antes de que me puedan poner una garra encima... ademas... no es la primera vez que voy... o mejor dicho vamos... es dificil creer que no quieras ir tu tambien es... no lo sé; 'divertido' allá arriba... se siente como... en casa... además prefiero que lo sepas de una vez por mí mismo que de otra forma... digo, en el muy muy remoto caso de que algo falle y me meta en otro... ah... 'percance', jeje...-

Y era cierto, prefería decirle a su amigo donde se encontraba y lo que hacia, para el era importante poder contarle todo lo que hacia, quien sabe, en alguna de esas se animara y sonriera mas.

-... Fuí a los campos hace un momento, encontré a alguien allí y... ... ¡ahora es mi mascota!, jaja!!... ¿que tal?... ¿no es grandioso? ¡tengo una amigo además de ti que no salio corriendo al verme!... ... ... aunque, bueno... no me entiende porque ah... no hablamos el mismo idioma.. o mejor dicho no nos comunicamos igual... tu entiendes ¿cierto? 'ente' - animal ... ... - Trató de 'explicarse' lo mejor que podia sin dar muchos detalles al respecto. -El caso es que despues de pensarlo mucho... he decidido ir a los bosques del norte de la Tierra... donde un día fue Noruega... creo... ... ¡creo que si voy allí podré encontrar algo que me ayude a recordar mi vida como mortal!... y tal vez; recuerde poruque era tan importante para mi pelear...-

Se masajeó la sien para calmar la jaqueca que amenazaba con aparecer cuando el danés comenzó a balbucear acerca de una mascota. -A ver... déjame ver si entendí... Te encontraste a un animal y sin siquiera saber si es peligroso ya lo adoptaste??- en serio que cualquier ser tenía que estar completamente loco para ser "mascota" de Søren. -Sūnus... Qué piensas hacer si se trata de un ángel guerrero o un mestizo?.

Suspiró profundamente tratando de calmarse. El chico era fuerte y adoraba pelear... Si sólo se trataba de uno o dos enemigos, no tendría problemas para vencerlos pero si había más... Y ¿por qué le había dado por ir a Noruega? Acaso al fin había logrado recordar algo de... Pero si en los siglos que llevaba ahí jamás le había preguntado por su vida pasada o por el joven con el que solía convivir... ¿Era noruego? No recordaba, podría ser finlandés o sueco... Pero si el joven deseaba ir hacia el norte a investigar...


-Supongo que aún debes tener muchas dudas de tu vida pasada, ¿no?. Si crees que el viajar ahí te ayudará, hazlo; pero no te pongas en riesgo inútilmente. No puedo detenerte, y olajá pudiera hacer algo por tí, pero eres tú quien debe buscar las raíces de tu vida anterior...- le miró con una gran sonrisa, acomodando algunos de los rebeldes mechones rubios del más alto. -Quizá yo también este allá arriba por algun tiempo... tengo... asuntos que atender ^^u Así que no dudes en visitarme si necesitas cualquier cosa...- le hablaba como cualquier padre le hablaría a su hijo adolescente cuando éste le dice que ya no vivirá más en la casa paterna. A pesar de que en vida nunca tuvo pareja y mucho menos hijos, se había encariñado profundamente con su aprendiz y se preocupaba por él como si en verdad fuese su descendiente. -Sólo... cuidate mucho... ^^

Agachó la mirada con un notorio sonrojo en el rostro, como si le hubiera descubierto en alguna de sus travesuras o maldades, hasta jugueteando con sus detos un tanto nervioso ante el cuestionamiento que el otro le hiciera respecto a si la supuesta 'mascotita' resultaba ser un angel o un mestizo. ¿Que a caso tenia ojos en la nuca o qué?... ¿Porqué siempre lograba adivinar todas sus 'modificaciones y/o embellecedores de la verdad'? ¡Diantres!

-... ... Pueeeees.... nh.... uh.... .... ... ¿lo mato?... -

Y solo observó como el otro se frotaba las sienes. No, al parecer no era la respuesta adecuada, sin embargo el otro tampoco le dijo nada... ... por el momento. Conociendole despues le daría una gran e importante leccion respecto a ello, pero como siempre, primero debía encontrar el modo de hacerselo entender para que el lo pudiera captar y nunca olvidarlo ya que solía ser 'olvidadizo' con las cosas que no le interesaban, pero cuando eran dichas por el báltico siempre se las ingeniaba para que aquel jamás lo olvidara.

-¿eso quiere decir que no te molesta?... digo ¡Gracias Far!... - Y la gran y sincera sonrisa se hizo presente. -Sabes que tendré cuidado... alguien tiene que cuidar que no te arranques mas las plumas... y aunuqe hayas dicho que no lo harás mas tengo que verlo por mi mismo, jaja!!- Dejó que el otro terminada de 'peinarlo' para notar como mas tardaba aquel en acomodar sus cabellos que en lo que éstos regresaban a su estado anterior.

-¿Sabes?... a lo mejor no encuntro nada fuera de lo comun... tal vez ni encuentre nada... pero por algun motivo ir a donde fue mi hogar me hace emocionar, como si en lo mas profundo de mi escencia demoniaca me dijera que algo bueno puede ocurrir... ... ...
... ...
... ... ¡ y que bueno que tu tambien salgas Toris, es bueno para ti el alejarte de lo cotidiano y te distraigas en tus 'negocios' y no estoy insinuando nada... pero... ¿podría ser que algun día me digas que ya tengo 'Mor'?...- y de nuevo la sonrisa mientras le miraba de forma divertida.

-D-de que hablas??!!- preguntó bastante nervioso, sonrojándose al instante. ¿Acaso le había visto en compañía de Damjan? No... No era posible... Y aunque así fuera, sabía que su "hijo" mantendría el secreto... a menos que estuviese demasiado ebrio...

-Y-yo... Sólo voy ahí a explorar... y a buscar plantas que aún estén sanas...- mintió miserablemente, sintiéndose culpable al instante. Suspiró profundamente, tomando valor para confesarse con su hijo.

-Søren... yo... conocí a alguien... allá en la Tierra...

-Ya lo sé Far... esres tan buen apersona que siempre tratas de ayudar hasta a las tristes y solitarias plantas que te encuentras por ahí... ...
... ...
... eh... ¿sucede algo, Toris?... -

de inmediato se preocupó por otro demonio que de la nada comenzó a comportar distino, hasta se podía decir que alterado.

Pasó una mano por su frente para comprobar su temperatura, como si eso le fuera a ser de gran ayuda, ¿pero eso se hacia cuando se pensaba que alguien estaba enfermo, no?.

-... ...
...
.... ... .... ¿que?...- Por un momento no captó bien aquello que el otro le habia dicho, y haciendo unoco de memoria a lo que habian estado conversando, pensó que muy probablemente se tratara de algun animalillo 'tal como él lo habia hecho'. - y... es... un raton... una paloma... alguna ovejita o gato que hayas encontrado herido y con el cual te encariñaste porque se veía 'lindo'??...-

-Creí haber dicho "alguien", no "algo"...- dijo conteniendo las risas. En verdad a veces no entendía si el muchacho sólo se hacía el despistado o quizá durante su vida sufrió un fuerte golpe en la cabeza o algo así...

Una suave sonrisa cruzó su rostro al rememorar los momentos que había pasado en compañía del dulce ángel. Aún no estaba muy seguro de cómo darle la noticia de que se había enamorado de alguien de diferente raza, y aunque sabía que el danés no le reclamaría, decidió guardarselo un poco más... Ya habría tiempo de confesarle eso al joven.

-Es... alguien muy amable y dulce... Espero algún día podertelo presentar ^^

-... bueno... es que... yo tambien dije que conocí a 'alguien'... y que era mimascota... yo supuse que... pues... bueno... ... ...ah.... mh... creo que será mejor que me mantenga con la boca cerrada...-

Y era de las pocas veces que se percataba que 'la habia regado'. Sí, hasta el podia saber cuando definitivamente se habia pasado con sus comentarios indiscretos. Y no es que no tubiese curiosidad por aquella persona que le platicaba su far. Pero entendia bien que si no le habia hablado antes sobre ese asunto era motivos muy validos y personales. Mismo caso que el, aunque, terminaría contandole fuera o no privado el asunto.

-... está bien Toris... no te sientas compromentido a algo así si consideras que no es prudente... nunca he desconfiado de tu criterio y si no me lo habias dicho tus motivos debiste tener... yo lo respeto... y aunque me muera de la curiosidad no ahondaré mas en el tema... ... ... creo que yo, tambien te podria presentar a 'mi mascota'... pero debo 'domarlo' primero, no quiero que ... ah... te haga daño... jeje...

-Así que de nuevo te estás inmiscuyendo en asuntos demasiado peligrosos... ¿cierto?- negó con la cabeza aunque con una ligera sonrisa. -Veo que ambos tenemos nuestras propias cosas de qué preocuparnos... Quizá los dos estemos en un camino demasiado peligroso; pero ¿qué tenemos que arriesgar? No es como si pudiéramos caer más bajo que el inifierno y si nos merecemos una tortura eterna, bien habrá valido la pena si logramos encontrar lo que no podemos experimentar en este deprimente sitio...- suspiró mirando al "cielo", que no era más que un conjunto de nubarrones oscuros y rojizos.

-Llegará el momento en que quizá ambos podamos contarnos el uno al otro qué clase de "mascota" nos hemos conseguido... Pero si no quieres contarme ahora y yo no quiero contarte ahora es por que ambos podríamos correr peligro... Entonces, guardemos el secreto si con eso podemos salvar la vida y la de nuestros seres queridos...- puso su mano sobre el hombro del danés, con el rostro sereno. Esperaba que su "hijo" no estuviera en el mismo problema que él, pero si se reservaba tanto, no podía ser nada bueno. Pero ya había pasado demasiados siglos en ese lugar y por primera vez sentía el ánimo de arriesgarse por alguien, así que aunque su castigo fuese vagar por siempre en los lugares más temibles del Inframundo, por lo menos se daría la oportunidad de amar a ese hermoso ángel que había conocido.

Escuchó atentamente todo lo que el báltico le dijo. Siempre sabía como hablarle y quitarle todos los animos belicos o agresivos. Y hasta por un momento sintió la culpa por su comportamiento ya que lo que hacia estaba mal y lo ponia en riesgo a el por ser tan allegado a su persona. Lo ultimo que querría es que se viera a fectado por su egoismo.

-Bueno, yo... no es algo peligroso... bueno, tal vez sí... pero solo poquito... y... a ratos...* cuando no estoy en mi forma canina...* pero no es algo de lo que tengas que preocuparte 'Far'... se cuidarme yo solito, jaja!!...
... ...
... ... ... y pues...ahm... s-sí... tienes razon en eso de no poder caer mas bajo.. pero... no creo que el encontrar algo con que distraer tu eterna existencia sea malo ¿o sí?... Y por un momento su animo decayó.

-... Toris... tu dijiste que me conociste antes de que yo viniera a este plano existencial... yo... ¿sabes si fui feliz?... quiero decir, si supiste si habia alguien... ... ...- y no se sintió con animos de continuar. Ni siquiera sabia si quería escuchar la respuesta.